Es 2019 y la ciencia ficción dejó de serlo. ¡Vivimos en una era de ciencia realidad! Nuestro 'Lunch Meet' de marzo (una serie de aprendizaje mensual dirigida por un equipo) abordó el tema de las interfaces cerebro-computadora (ICC), que era justo lo que nuestro equipo con mentalidad cinematográfica estaba deseando. La pasante en desarrollo de software y experiencia del usuario Madalyn Pape realizó la impresionante presentación sobre este tema que le apasiona.
Avatar, The Matrix, Star Trek y X-Men de Marvel... ¡son películas sobre el control mental que podemos entender! ¿Pero podemos conectar nuestro cerebro a una computadora en la vida real? Como Maddy explicó, esta tecnología muy real permite que nuestro cerebro envíe señales directas a una computadora, donde se procesan y se traducen en comandos que deben ser ejecutados por la computadora. La conexión cerebral puede ser invasiva (que es como suena) o no invasiva, conectada al exterior de nuestras cabezas. Los resultados de este interfaz podrían alterar el curso del mundo tal como lo conocemos.
Tomemos como ejemplo este uso invasivo del ICC. El paciente del video está controlando un brazo robótico solo con el pensamiento. O este ejemplo, donde dos hombres, a media milla de distancia, se envían señales cerebrales el uno al otro a través de telepatía sintética, posible gracias al ICC no invasivo, para jugar un videojuego. ¡El futuro está aquí señoras y señores!
Aparte de la diversión y los juegos, el ICC presenta beneficios reales para las personas que están paralizadas o sufren de otros problemas debilitantes del sistema nervioso. Y en el futuro, un investigador cree que podremos usar el ICC combinado con la inteligencia artificial para aumentar nuestra capacidad cerebral general.
Pero primero, necesitamos mejorar en la recreación artificial de wetware: un término tomado de la idea de hardware o software relacionada con la computadora, pero aplicado a formas de vida biológica como las células cerebrales y los procesos de pensamiento. Un transistor artificial que registra la actividad neuronal puede realizar miles de millones de operaciones por segundo, pero solo tiene 3 conexiones. Una neurona wetware realiza miles de operaciones por segundo pero tiene 6,000 conexiones para registrar las comunicaciones químicas. Wetware tiene una capacidad adicional para enviar y recibir señales químicas, visuales y térmicas. Todavía no hemos llegado a ese punto, pero eso nos da tiempo para ponernos al día con las ventajas y desventajas de esta tecnología.
¿Quieres más información? Puedes encontrar aquí la presentación completa de Maddy.
Me muero de ganas de ver lo que el próximo miembro brillante de nuestro equipo compartirá en el "Lunch Meet" de abril. Estoy completamente fascinada por esta serie de almuerzos hasta ahora, y continuamente impresionada por mis compañeros de trabajo amantes del aprendizaje.
Hasta que eso ocurra me pondré papel aluminio en la cabeza.