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¿Alguna vez has visto una película o un programa de televisión y te has preguntado cómo se hizo? No me refiero a una pregunta negativa del tipo "¿cómo llegó a hacerse esto?", sino a una pregunta que se refiere más bien a la producción de todo ello. ¿Cómo pasa una película o un programa de televisión del concepto a la realización? Sigue leyendo para que descubras cómo funciona Hollywood.
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En primer lugar, la producción de una película o un programa de televisión es un proceso muy largo y complicado, con varias etapas que pueden tardar años en concluirse. Aunque el cine y la televisión son medios diferentes, se observan similitudes porque, en el fondo, su creación se reduce a tres fases específicas: preproducción, producción y posproducción. Se puede atribuir la variación de la producción de cine y televisión a las decisiones y procesos que difieren para adaptarse mejor a ese medio específico.
Normalmente, hay cinco etapas de producción asociadas a la realización de una película.
La fase inicial de la producción de una película se denomina desarrollo. El inicio de las películas puede variar, por lo que esta fase puede ser diferente para cada película. En la mayoría de ellas, esta fase se reduce a desarrollar el concepto y a escribir y perfeccionar el guión. Esta fase también puede incluir la presentación del proyecto a los productores por parte del guionista o el director y la búsqueda de financiamiento para la película.
La fase de preproducción comienza cuando un estudio da luz verde para seguir adelante con lo que se ha desarrollado previamente. La preproducción implica la planificación de cómo se rodará la película. El equipo finalizará el guión de rodaje, calculará el presupuesto, confirmará el financiamiento y contratará a los puestos críticos. Harán el casting de los actores principales, contratarán al director de fotografía y a los ayudantes de dirección, y asignarán a los responsables de los departamentos de vestuario y utilería. También contratarán a un productor de línea para determinar qué necesita cada departamento para dar vida a la visión del director. El equipo buscará los lugares de rodaje, creará un calendario de rodaje y determinará el equipo necesario para cada día en el plató.
También conocida como fotografía principal, la producción es el momento en que comienza el rodaje. ¿Los dos objetivos principales durante la producción de una película? Cumplir el calendario y ajustarse al presupuesto, ¡y es más fácil decirlo que hacerlo! Durante la producción también entra en juego el equipo, como los supervisores de guiones, los encargados del vestuario, los maquilladores, los editores de cine y sonido, etc. Un coordinador de producción supervisa las minucias del día a día en el plató, asegurándose de que departamentos como el de facturación y el de catering estén en marcha. El equipo rueda el material siguiendo el calendario y el plan de rodaje.
Una vez terminada la fotografía principal, la película ingresa en la fase de posproducción. Los editores montan la película juntando las imágenes. El equipo de posproducción añade música, sonido y efectos visuales. Durante esta fase se realizará el trabajo de doblaje o la sustitución automatizada de los diálogos, si es necesario.
Una vez que la película está terminada, alguien tiene que darla a conocer al mundo. La película necesita un distribuidor. La distribución es la forma en que una película acaba en los cines, en DVD o en una plataforma de streaming. El lugar donde se puede ver la película depende de los detalles del acuerdo de distribución. La empresa distribuidora también comercializa la película.
Estas fases pueden ser diferentes para algunas películas en función de la escala de la misma. Algunas películas pueden ver sus fases mezcladas entre sí, pero todas tienen alguna forma de estas etapas.
Siguiendo los mismos pasos que en el caso de las películas, un programa de televisión se divide aún más, sobre todo en términos de preproducción.
Un guionista, productor o director presentará un programa a un estudio y, si obtiene el respaldo de éste, pasará a presentarlo a una cadena o servicio de streaming. A veces, un productor puede prescindir del estudio e ir directamente a la cadena, pero esto solo ocurre cuando el productor es muy conocido y tiene experiencia.
Tanto el estudio como la cadena tomarán notas sobre el programa. Una propuesta puede cambiar drásticamente y convertirse en algo que la cadena desee más que la idea inicial. Rara vez un programa sale de esta fase tal y como lo imaginó el creador.
Cuando una cadena acepta una propuesta, el creador elabora un esquema para asegurarse de que todos están de acuerdo con el concepto. Si aún no lo han hecho, el creador detallará más el esquema y escribirá el guión del piloto. El estudio y la cadena revisarán el guión, lo devolverán con sus notas y el guionista revisará el borrador.
Cuando la cadena aprueba el rodaje de un piloto, le asigna un director (a menudo el creador y guionista del programa) y productores. El director del programa es el principal productor ejecutivo del mismo; trabaja con otros escritores en los guiones, elige a los actores y es el responsable general de la visión creativa. Los productores ayudan a contratar al director, al equipo y a los guionistas. El guión se reescribe o se actualiza para el rodaje. Se realiza un episodio piloto.
Una vez hecho el piloto, la cadena lo revisa y decide si quiere encargar la serie completa. Si así lo decide, el programa entra en producción. Si no es así, suele ser el final del camino del programa.
¡Vaya! Es mucha información. Y, por supuesto, el funcionamiento de Hollywood no se limita a los procesos simplificados que he compartido anteriormente. Hay un montón de cosas complicadas que suceden entre la idea inicial del creador y la materialización de esa idea, pero en general, estas son las principales fases por las que tendrá que pasar una idea para llegar a algún tipo de pantalla. Los guionistas más noveles tienen la oportunidad de aprender sobre la marcha en cada una de esas fases, aunque no pongan la pluma sobre el papel, así que es esencial saber cómo funciona todo. ¡Feliz escritura!