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Escribir una trama es una cosa, pero escribir una buena historia que conecte con tu público es un gran reto. Desde el punto de vista técnico, ¿existe alguna receta para obtener siempre el éxito en la narración de historias? Explora los cuatro elementos de una buena historia para que tu próximo proyecto sea el más interesante.
Una buena historia engancha al público y hace que se sienta conectado a ella. Cuando alguien termina un libro o un programa de televisión con la sensación de que hay algo interesante, importante o apasionante en él, significa que el escritor ha hecho bien varias cosas.
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Todas las historias son distintas, ya sea por las tramas, géneros o personajes. Los lectores tienen distintas opiniones y preferencias y no existe un solo elemento por sí solo que permita una gran narración. La clave es que casi cualquier arco de historia interesante tendrá un mínimo de 4 elementos clave, los cuales se pueden aplicar a todos los medios narrativos.
Una buena estructura significa que la trama tiene una progresión clara y natural. Las historias deben moverse con fluidez de un "beat" a otro. La estructura debe fluir y tener sentido sin que el público tenga que esforzarse demasiado para entenderla. Desde la acción ascendente hasta el clímax y la acción descendente, todos los elementos de la trama deben parecer lógicos.
Todas las historias deben tener personajes convincentes y memorables, como personas con defectos, personajes con rasgos únicos y personajes con objetivos y motivaciones interesantes. Lo que hará que estos personajes sean cautivadores es que se perciban como personas comunes y corrientes. Las personas reales son complicadas, contradictorias y a menudo sorprendentes. Si los personajes son tan polifacéticos como las personas de la vida real, es posible que causen un impacto duradero en el lector.
Las buenas historias necesitan un contenido dramático que ofrezca suficiente tensión para impulsar el arco narrativo. Debe parecer que los acontecimientos dramáticos tienen consecuencias y ramificaciones reales para tus personajes. El conflicto es el núcleo de una historia. No lo estropees minando tus posibilidades de crear drama. La vida real tiene su cuota de momentos dramáticos, así que el público espera que tu historia sea un reflejo de ello.
Cuando pienso en películas recientes de Disney como "Encanto", escrita por Charise Castro Smith y Jared Bush o "Luca", escrita por Jesse Andrews y Mike Jones, me llama la atención la fuerza de los temas. Los temas de la dinámica familiar, el trauma generacional, la identidad y la aceptación son evidentes. Todos ellos son muy potentes porque son universales. Conectan con el público porque todo el mundo puede relacionarse con ellos de alguna manera y recordar un momento en el que sintió o se enfrentó a algo similar..
Una buena historia se toma su tiempo para desarrollar sus temas, pero no lo hace en exceso. El público no necesita que se le machaque un tema en la cabeza.
Además de los cuatro elementos de una gran narración que he detallado anteriormente, los distintos medios también tienen sus mejores prácticas específicas. Por ejemplo, escribir un buen guión es diferente a escribir una novela que los lectores no puedan dejar de leer.
Las grandes películas tienen protagonistas que atraen al público y hacen que quieran apoyarlos durante toda la película. Deben ser falibles y permitir que uno se identifique fácilmente con ellos, pero capaces de sobreponerse a sus defectos y hacer lo correcto al final.
Una buena película necesita un antagonista bien escrito que frustre al protagonista. Una historia memorable tiene un villano que se percibe tan desarrollado como el protagonista. El Guasón y Batman en "El Caballero Oscuro", escrita por Jonathan Nolan, Christopher Nolan y David S. Goyer, se muestran como fuerzas iguales y opuestas que se enfrentan inevitablemente. A través del Guasón, aprendemos más sobre Batman. Conocemos su moral y las líneas que no cruzará. Estos dos personajes sacan a relucir la versión más dramática del otro, lo que resulta atractivo de ver.
Los programas de televisión deben tomarse el tiempo necesario para trazar los arcos de los personajes. Un arco argumental bien elaborado da la impresión de que ese personaje está pasando por algo y cambiando en respuesta a ello. La evolución de Walter White a lo largo de "Breaking Bad", creada por Vince Gilligan, es un excelente ejemplo de un personaje bien elaborado cuyo arco se siente merecido.
Las buenas series de televisión suelen tener tramas claramente trazadas de antemano. Durante la primera temporada, los guionistas saben hacia dónde se dirigirán las cosas en la tercera o cuarta temporada. Una buena trama no basta para que una serie de televisión sea buena. Tiene que tener cosas continuas que cambien y conduzcan la trama de forma creíble durante varias temporadas.
Una buena novela engancha al lector desde la primera página. Un buen comienzo es esencial tanto para los libros de ficción como para los de no ficción. No se debe dar al lector una excusa para dejar el libro. Una novela debe sumergir al lector en su mundo en las primeras páginas.
La buena literatura debe tener una voz narrativa distintiva que dé la impresión de saber quién está contando la historia. Independientemente de la perspectiva, la voz narrativa debe ser coherente y fuerte en todo momento.
Una buena historia para niños no debe dirigirse a su público de manera condescendiente. Las historias infantiles deben respetar que los niños son seres humanos jóvenes y presentarles una historia que no endulce la realidad. Cuando se trata de temas y asuntos con los que los niños se enfrentan realmente, las historias infantiles deben abordarlos con honestidad y franqueza.
Las buenas historias para niños deben tener tramas, temas, vocabulario y conceptos que amplíen el pensamiento de los niños. Deben despertar la imaginación de estos y hacer que exploren ideas en las que nunca habían pensado.
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Hay muchos elementos involucrados en la realización de una buena historia y se pueden desglosar aún más en función del medio. Esperemos que este blog te haya proporcionado elementos para trabajar en tus propios proyectos. ¡Feliz escritura!